sábado, 27 de septiembre de 2014

Foto: Internet
 TALLER DE REDACCIÓN
    Es hora de escribir. Hace buen tiempo que los centros de estudios -desde primarios, secundarios y hasta superiores- vienen implementando reformas en sus respectivas mallas curriculares con el afán de implementar nuevas asignaturas concernientes a la comprensión lectora y el arte de la escritura. Tal es así que, este segundo semestre del año, para dar una referencia personal, los estudiantes de Derecho de la Universidad Privada Antenor Orrego hemos advertido cómo se desarrolla en los primeros ciclos una serie de cursos relativos a la interpretación de textos, apreciación literaria e incluso un taller completo de redacción. Todo ello en función de la obligatoriedad que le asiste a la obtención del grado de bachiller. Es decir, son materias que suman creditaje.

    Por otro lado, en las escuelas públicas y privadas, es harto conocida la tarea del profesorado para ejecutar el Plan Lector, con obras literarias clásicas y de autores contemporáneos, haciendo sus mejores esfuerzos para que los alumnos puedan disfrutar y aprender por sí mismos a encontrar el gusto por la lectura. Resulta, pues, encomiable el trabajo de aquellos docentes comprometidos con su labor.

     Hay una máxima popular que repite un profesor de Derecho Penal en las aulas universitarias, y que a la letra dice lo siguiente: Sólo se aprende haciendo. En nuestro caso, necesitamos investigar y aprender la complejidad de un tema, ya sea para proyecto de tesis o una monografía, escribiendo y sólo escribiendo.   He aquí la importancia del presente taller, bajo la conducción del maestro Domingo Varas Loli. 
    Con la nueva ley universitaria, es necesario, ya no de forma accesoria sino obligatoria, la sustentación de una tesis para la titulación o licenciatura. Y en razón de ello cabe resaltar las siguientes preguntas: ¿Qué porcentaje del total de alumnos se encuentran debidamente capacitados para tamaña empresa? ¿Cuál es el perfil del profesional del Derecho que responde actualmente a las demandas sociales? Teniendo en cuenta estas deficiencias palpables es que se nos exige ahora cultivar seriamente el hábito de la lectura y la escritura, sin soslayar que la palabra es para el abogado lo que el bisturí resulta para el cirujano.
     No queda de otra. A escribir, doctores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario